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Esmaltado

Enamelling Savoir Faire
El esmaltado es una antigua arte decorativa que un maestro grabador realiza completamente a mano en todas sus etapas, desde la producción del polvo de esmalte hasta la etapa final del pulido. No existen escuelas formales en las que aprender la técnica, por lo que todo el conocimiento y savoir-faire relativo a la misma pasa de los artesanos más experimentados a sus jóvenes aprendices.
El esmalte está compuesto de una mezcla de sílice, minio, potasa y sosa molidos hasta formar un polvo, al que se pueden añadir otros óxidos metálicos para crearlo en diferentes colores. Este polvo se aplica en las cavidades de la esfera, que, más tarde se hornea a una temperatura de unos 800 °C. Un proceso que se repite de 5 a 10 veces hasta conseguir el brillante acabado que se busca. Para dominar el esmaltado grand feu, es necesaria una considerable experiencia, pero incluso si ese es el caso, siempre puede aparecer alguna circunstancia imprevista, pues el horneado puede dar lugar a la aparición de grietas, burbujas de aire e imperfecciones en el color. No obstante, su principal ventaja es que las esferas fabricadas con este prolongado proceso no presentan fallos y conservan su color para siempre.

Eternity

 

El símbolo del infinito hace referencia a la noción de eternidad. Con motivo del 230.º aniversario de Girard-Perregaux, hemos actualizado nuestros relojes más emblemáticos —desde La Esmeralda hasta el Laureato y el Cat’s Eye— y los hemos incluido en la serie Eternity Edition, que homenajea el legado de la Casa y muestra nuestro importante conocimiento atesorado. Gracias al trabajo de esmaltado, la profunda belleza del esmalte verde y azul de estos modelos no desaparecerá con el paso de los años y su apariencia, como recién sacados de la tienda, seguirá siendo la misma durante toda la eternidad.

Grados Celsius

800

 

Las esferas de esmalte se cuecen en un horno a más de 800 grados Celsius, de ahí su nombre «Grand Feu». Debido a las numerosas variables del procedimiento, como el material de la platina base de la esfera, la cantidad de esmalte aplicado o las variaciones de temperatura, el esmaltador solo cuenta con sus propios ojos para comprobar a través de una abertura en el horno el proceso de vitrificación, por lo que la misma noción de cronometraje pierde su sentido en el proceso.

Capas

5 a 10

 

Para conseguir un resultado verdaderamente homogéneo, la aplicación de cada capa de esmalte requiere de gran precisión y regularidad, a la que se añade la complejidad que sus sucesivos horneados introducen en el proceso. Son necesarias entre 5 y 10 capas de esmalte —cada una con su correspondiente horneado— para crear un color intenso y profundo, con el consiguiente riesgo de grietas e imperfecciones de cada horneado.