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Geneva Watch Days - Tourbillon with Three Flying Bridges

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Un puente al pasado, una mirada al futuro

Con la vista puesta en los Geneva Watch Days, nos complace revelar nuestras últimas novedades. Gracias a nuestro reloj estrella, el tourbillon con tres puentes volantes, conservamos el diseño tradicional de nuestra manufactura pero con ligeras modificaciones que le fascinarán.

En este modelo, nuestro equipo de desarrollo ha instalado un calibre de tourbillon con una platina invisible, demostrando una vez más su maestría en el arte de la simplificación de construcciones muy complejas y su esfuerzo incansable por combinar estética y funcionalidad.

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EL ARTE MANUAL DE LOS ACABADOS

Cada uno de los tres puentes de oro ha sido biselado minuciosamente a mano con una pequeña pieza de boj por un relojero especializado. El boj, una madera dura cuyo color varía del amarillo claro al amarillo limón, ofrece una destacable firmeza y un grano muy fino. En la antigüedad, se utilizaba ampliamente para los grabados, la impresión y la creación de moldes, ya que, gracias a la finura de su grano, era posible representar con ella los más pequeños detalles.

UNA PODEROSA AMALGAMA DE CONOCIMIENTOS DE RELOJERÍA

El propósito del tourbillon es compensar el efecto de la gravedad y, en consecuencia, eliminar los errores en la frecuencia provocados por la posición vertical del reloj. El mecanismo regulador se coloca en una jaula que gira sobre su propio eje una vez por minuto. De este modo, se obtienen diferentes posiciones verticales que se compensan entre ellas. Nuestro movimiento 9400, de manufactura completamente propia, ofrece un dispositivo de tourbillon fabricado con 79 componentes y con un peso de tan solo 0,250 gramos. Nuestros relojeros de Girard-Perregaux han diseñado para él una jaula en forma lira, cuyos componentes se pulen delicadamente a mano con «traits-tirés» y ángulos biselados y a los que, al final del proceso, se les aplica un pulido con efecto de espejo como acabado.

MICRORROTOR TECNOLÓGICO PATENTADO

Un microrrotor es un sistema de cuerda automática compacto presentado por primera vez en 1958. Gracias a su menor diámetro, el microrrotor puede integrarse en el movimiento sin ninguna obstrucción. El microrrotor de oro blanco patentado de Girard-Perregaux es un dispositivo automático alojado, de forma muy ingeniosa, en torno al barrilete. Un diseño que libera todo el espacio posible y que permite admirar la arquitectura del movimiento al completo.

El microrrotor está biselado, grabado con el águila de Girard-Perregaux (sello incorporado en todos los movimientos de manufactura propia de la Casa) y decorado con un cerclaje de «traits tirés» en el exterior.

260 COMPONENTES ALOJADOS EN UNA CAJA IMPECABLE

Para integrarse con las curvas de la caja del reloj, el cristal en forma de cúpula desciende suavemente en ángulo sobre ella en lugar de hacerlo en ángulo recto. Su forma curvada añade dificultad al pulido, pero, a cambio, muestra con claridad todos los detalles técnicos del reloj. De hecho, en este reloj, el ojo —incapaz de resistirse a su mecánica aérea— se debate entre el barrilete y el microrrotor situados a las 12 h y la jaula del tourbillon a las 6 h. El diseño de este modelo, con su abertura longitudinal de arriba abajo, rinde homenaje al primer reloj de bolsillo con tourbillon con tres puentes creado por Constant Girard.